A finales del año 2023, en medio de la agitación política previa a las elecciones presidenciales, me encontré formulando una pregunta intrigante a una fuente de confianza en Palacio: «¿Cuál es el trasfondo de la persecución desatada por López Obrador contra Ricardo Salinas? ¡Está claro que no es algo casual ni una persecución gratuita…!»
Las revelaciones que recibí de mi fuente de Palacio llevaron a la redacción de dos entregas del Itinerario Político. La primera, publicada el 9 de octubre de 2023, llevaba por título: «¿Universal y Reforma, bajo el dominio de AMLO?» y la segunda, el 6 de noviembre del mismo año, titulada: «Batalla en el Paraíso: AMLO vs. Salinas Pliego».
En resumen, la información proporcionada por mi fuente confirmó que el propio Obrador había ordenado una «persecución ejemplar» contra el poderoso Grupo Salinas. Esto no solo buscaba someter a los medios que habían criticado al gobierno federal por su respuesta deficiente y criminal ante la tragedia de Otis, sino también asegurar el control de los medios de cara a las elecciones presidenciales.
Esencialmente, al llevar a cabo una persecución pública y contundente contra Ricardo Salinas Pliego, el mensaje para todos los medios era claro: alinearse con el presidente, no solo en el caso de la tragedia de Acapulco, sino también en la próxima y crucial elección presidencial.
Sin embargo, la realidad no tardó en confirmar la veracidad de estas revelaciones. El martes 19 de marzo de 2024, el diario Reforma publicó en primera plana una supuesta encuesta, desacreditada por muchos expertos, que otorgaba a Claudia Sheinbaum una ventaja abrumadora sobre Xóchitl Gálvez y elevaba la popularidad presidencial a nuevas alturas.
Esta acción sorprendente llevó a muchos a preguntarse: ¿qué había sucedido realmente? La respuesta era sencilla: el diario Reforma había sido doblegado. Los empresarios cedieron a la presión de Palacio y entregaron el periódico a los intereses del presidente.
Esta decisión recordaba a muchos un tuit de AMLO fechado el 14 de agosto de 2016, en el que cuestionaba las encuestas de Reforma y comparaba al periódico con El Imparcial, que siempre estuvo en contra de los opositores.
En política, no hay coincidencias ni decisiones repentinas. Meses antes, Reforma había despedido a su director y había nombrado en su lugar a un amigo cercano de Obrador. Este cambio de dirección editorial no pasó desapercibido para quienes seguían de cerca la situación política del país.
En conclusión, la sociedad mexicana pierde otro bastión de la prensa independiente, mientras que el oficialismo suma otro medio para promover su agenda propagandística. Es un golpe más a la democracia, una señal preocupante del rumbo que está tomando el país. Al tiempo.